En Bolivia, septiembre 2007

Relato en fotos: Salar de Uyuni y lagunas de altura

1ª parte: de Villazón a Uyuni en tren

 
Este es el relato de una recorrida por el suroeste de Bolivia. El gancho era conocer el salar de Uyuni, del que se dice que es el más extenso del mundo, pero el viaje reveló además otros paisajes y cosas. El mapa de abajo muestra el recorrido, que arrancó en Villazón, vecino a La Quiaca, y terminó en San Pedro de Atacama, en Chile.
 
 


En Villazón arranca el ferrocarril Andino boliviano. Este ferrocarril es la continuación del antiguo ferrocarril Belgrano de Argentina, que conectaba Buenos Aires con La Quiaca, y que ya no existe más.

En Bolivia han conservado una red considerable, por suerte para todos. En la foto de abajo se vé el mapa de la red. Ahí se ven también las alturas de las ciudades y se aprecia que el oeste boliviano es el Tibet de Sudamérica. A propósito, para disfrutar más del viaje conviene, antes de ir a la Quiaca, tomarse tres o cuatro dias de aclimatación en algún sitio más bajo, por ejemplo, en la Quebrada de Humahuaca (salvo que seas un campeón respiratorio).

 
 

No todas las líneas que se ven en la foto de arriba tienen servicios de pasajeros. Es una lástima. Para conocer los horarios y precios del ferrocarril dése una vuelta por la página siguiente: Empresa Ferroviaria Andina .

Dicho sea de paso el ramal que parte de Uyuni hacia el oeste y llega hasta Abaroa, en la frontera con Chile, combina con servicios, no sé si de tren o por carretera, hasta Calama y al puerto de Antofagasta sobre el Pacífico. Calama es la ciudad próxima a la mina de cobre de Chuquicamata, que es una de las mayores minas a cielo abierto del mundo. Dicen que la visita vale la pena.


En la foto de abajo vemos el tren que nos llevaría a Uyuni, estacionado en Villazón.

 
 
El viaje hacia Uyuni comenzó a las 3 de la tarde. El tren se va metiendo por quebradas a medida que se acerca a Tupiza y el paisaje es bastante interesante. Desde Villazón hasta Tupiza se baja unos 500 metros y luego hasta Uyuni se vuelve a subir unos 700 metros.
 
 
Llegando a Tupiza se hizo de noche. Lástima porque, por lo poco que ví, parece que uno se pierde paisajes interesantes. Para verlos, habría que hacer el recorrido en sentido contrario. Mientras tanto nos consolamos cenando en el coche comedor que era excelente.
 
 
Bién pasada la medianoche se llega a Uyuni, que es una ciudad con todos los servicios. Es también un nudo ferroviario importante y a unos 20 km. hay un museo ferroviario que dicen que vale la pena conocer. La próxima vez les cuento.
 
 
En Uyuni contraté el viaje por el Salar que duró tres días como ya verán. Hay decenas de agencias que ofrecen viajes de distintas duraciones y de distintos grados de confort, desde mediano a bajo. Conviene andar con una bolsa de dormir porque algunos alojamientos en route son muy simples, pero no es obligatorio. Por el resto, nada: buen abrigo, protector solar, anteojos de sol y algunas botellas de agua para el camino. Ah! me olvidaba: si se piensa ir a Chile hay que acordarse de llevar el pasaporte y de hacerlo visar a la entrada a Bolivia.
 
 
... y así es como, antes del mediodía, estaba a bordo de una camioneta todo terreno con nuestro chofer y cinco compañeros de ruta en camino al Salar.

Para conocer el resto de la historia cliqueá en las fotitos de aquí abajo:

 
2ª parte: Salar, momias
y un hotel de sal
3ª parte: Lagunas y flamencos
a 4000 metros de altura
Última parte: Géyseres, fuentes termales,
San Pedro de Atacama