Berlín y Potsdam

Los alrededores de Potsdam fueron en el pasado terrenos de caza. Esto que vemos aquí era una caballeriza de una casa campestre. Ahí mismo, en la planta baja, era donde yo dormía durante mi última estadía en Alemania. Alguien dirá que ese es un orden natural de las cosas.

En Prusia tratan muy bien a los caballos. Mi caballeriza era más que confortable, luminosa y silenciosa.
El desayuno: ausgezeichnet (Para que se vaya poniendo en clima)

Cada mañana a un par de minutos de mi caballeriza, exactamente a la hora y 9, 29 y 49 minutos, pasaba mi autobús.

Un bullicioso viaje en bus, 15 minutos, y llegaba agotado a la estación de tren de Potsdam. A altas horas de la noche, es decir a las 19:30, el bus ya pasaba a un horario nocturno, es decir uno cada nunca. Nada de pánico: también había un tranvía que recogía a los seres desesperados y me dejaba a diez minutos del establo.

Potsdam y sobre todo el pueblo vecino de Babelsberg son unas de las capitales alemanas del cine. El Studio Babelsberg es el estudio de cine más antiguo del mundo, inaugurado en 1912 más o menos al mismo tiempo que los primeros estudios de Hollywood. El edificio que se ve ahí es el museo de cine de Potsdam

Potsdam, que fue hasta 1918 un lugar de residencia de los reyes de Prusia, conserva un estilo bastante elegante, algo así como Versailles.
También Potsdam fue el lugar de la última conferencia de los Aliados en 1945, que marcó el fin de la 2ª Guerra y el inicio de la Guerra Fría.

Esta es algo así como la calle más comercial de la ciudad. Muy agradable para hacer alguna compra y buscar un sitio en donde comer al final de un dia de trabajo como turista, antes de regresar a la caballeriza.

Potsdam es la capital del estado de Brandenburgo, dentro del cual se encuentra Berlín que es una ciudad independiente.
En esta foto aparece una de las entradas del Parque Sans Souci, en donde se encuentran varios palacios y otras construcciones desde donde los Reyes velaban por todos.

El más conocido y bonito es el Palacio Sans Souci, que fue una residencia de verano construída por Federico II de Prusia en el siglo 18. Las terrazas a ambos lados de la hermosa escalera son ... viñedos!

Sans Souci quiere decir Sin Preocupaciones. El palacio no es enorme pero sí muy armonioso.

Las esculturas alegóricas indican claramente cual era la idea: un lugar tranquilo en donde pensar con tranquilidad en severas cuestiones de Estado (hmm ... ¿cuál estado?)

Todos los alrededores de Sans Souci son encantadores ...

... tambien esta terraza en donde Friedrich der Große se sentaba a tomar ¿mate ? ...

... y a disfrutar de la perspectiva de la Colina de las Ruinas.

Al lado del Palacio se encuentra la Pinacoteca, también construída bajo Federico el Grande y a sus pies, por supuesto, más viñedos!

En los jardines de Sans Souci hay varias otras construcciones menores a donde me imagino que mandaban a la Reina a que tome el té mientras los hombres discutían arduas cuestiones. Esta es la encantadora Casa China.

Una construcción posterior que estaba originalmente destinada a alojar visitantes y a recepciones de Estado es el Neues Palais, en el borde oeste del parque Sans Souci. En su sitio oficial el palacio es presentado como una "Fanfarronada Real". Yo no sabría ponerlo mejor.

Creo haber entendido que el Kaiser Guillermo II utilizó más tarde este palacio como su residencia de verano hasta la derrota de 1918, que marcó el fin de la monarquía en Alemania y el inicio de la República.

Enfrente del Neues Palais se encuentra este insólito conjunto destinado a servicios (¡!) Alli estaban la cocina, la guardia y las oficinas y viviendas de empleados administrativos. Algo así como el equivalente imperial de mi Pensión-Caballeriza. La Universidad de Potsdam utiliza ahora estos edificios.

En fin, pasear por Sans Souci es también un modo de evocar el ascenso del poder de Prusia, su rol en la unificación de Alemania y sus disputas de poder en Europa hasta la guerra de 1914-1918.

Volviendo ahora a mi vida de turista ...

... un tren lleno de gente bastante nerviosa lo lleva a uno desde el centro de Potsdam hasta el propio centro de Berlin en escasa media hora.

Así que ¡a Berlín!